Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

martes, 14 de septiembre de 2010

EL BESO EN EL ARTE: El Beso de Eros y El Beso de Tanatos.


Joel Peter Witkin. El Beso. Siglo XX
El artista une en esta fotografía la idea de la muerte a traves de la utilización de los cadaveres con el beso. Eros y Tanatos unidos una vez más a traves del osculo afectivo.

El beso es la más común muestra de afecto hacia la pareja, los familiares y amigos. Además, es la principal forma de demostrar deseo sexual e incitarlo. El beso puede darse de muchas formas y en muchas partes del cuerpo. Dependiendo del país y la cultura se realizará de diferentes maneras. Pero besar no solo implica posar los labios, cuando besamos se articula toda una maquinaria muscular y sensorial, que nos deleita, nos adormece, nos alerta, nos emociona, nos asquea… podemos seguir y seguir levantando miles de sensaciones producidas por un beso y el arte en todas sus variantes ha registrado esta costumbre humana de besar.


Francesco Hayez. El Beso. Siglo XVIII
La delicadeza de la pincelada y el juego de sombras y luces le dan a esta pintura el toque romántico y al mismo tiempo realista que nos envuelve en la pasión erótica de los protagonistas.


Psique Reanimada por el Beso del Amor. Siglo XVIII
El puro neoclasicismo nos ofrece la belleza sensual del mito de Psique y Eros en esta maravillosa escultura de Antonio Canova.




Frank Von Stuck. El Beso de la Esfinge. Siglo XIX.

En la obra de Stuck el beso dado aquí por la Esfinge refuerza el mito de la mujer como elemento mortifero donde después que es besada o fecundada por el hombre esta mata o asesina a su amante.



Jaume Barba. El Beso de la Muerte. Siglo XX.
En esta escultura Tanatos personificado en una muerte alada besa al joven que no sabemos si el gesto de su rostro es de éxtasis o de paz agónica enfrentada ya a su terrible destino. En épocas en que los impresionistas impresionaban (y disculpen la redundancia) con sus revoluciones de paleta, Bouguereau se refugió en la academia neoclásica y se dedicó a la literatura pintada y a la mitología. Este delirante infierno con Virgilio y Dante junto a caballeros lúbricos que muerden o besan, es una escena más cercana al sado y al homoerotismo que a las infames penumbras del Infierno.



Egon Schiele. La Joven y la Muerte. Siglo XX.
En esta pintura se refleja la unidad existente entre la muerte y la pasión de la vida. En un abrazo casi angustiante la muerte se aferra a la vida mientras la tortura de la incognita de seguir viviendo es reflejada en la cabeza esquiva de la joven que pareciera no querer ser besada.

Lichtenstein. El Beso. Siglo XX
El Arte Pop hizo su bella contribución a la demostración afectiva del beso en esta apasionada y llorosa obra que nos remonta a las ilustraciones de los comics de los 60 y 70.



Klimt. El Beso. Siglo XX.
En esta obra nos ofrece la experiencia amorosa idealizada. El Eros y el Thanatos se unen. La mujer es la gran protagonista, el hombre esconde su rostro. El fondo es neutro, en el que destaca la peana floreal. Fuerza las anatomías para que los cuerpos formen un rectángulo de contornos limpios. La riqueza de la paleta de colores y la variedad de la textura quizás simboliza las sensaciones y emociones experimentadas durante el gesto afirmativodel beso... el beso de la muerte o el beso del amor.

Pero el beso no solo se recibe o se ofrece cuando se ama, muchos besos se han dado con odio y rencor, sin embargo el gesto siempre esta cargado de cierta pasión erótica aunque esta conlleve a la muerte. Eros y Tanatos, el Dios del Amor y el Dios de la Muerte vuelan quizás en direcciones diferentes pero muchas veces aterrizan o llegan a al mismo destino. Cuantas veces no deseamos morir por amor, cuantas veces no deseamos amar después de la muerte. Cuantas veces el hombre no ha matado por amor o por un beso, cuantos besos no se han dado a nombre del amor y se perece.

En esta pequeña demostración de obras pictóricas, fotográficas y escultoricas famosas doy un recorrido del beso como elemento unificador entre la pasión sexual y la muerte o como forma de ver el beso desde los dos puntos de vista opuestos: Eros y su oponente Tanatos.



Por Félix Esteves

1 comentario:

  1. Hola! Me ha gustado muchísimo tu blog, desde ya lo enlazo en la barra... aprovecho para comentarte que la obra que titulas La joven y la muerte de Egon Schiele se llama Embrace o Lovers II. La joven y la muerte es otra, un abrazo!
    Mäda

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