Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

jueves, 17 de mayo de 2012

DILE NO A LA HOMOFOBIA... Dile no al Odio.


La victimización y discriminación de los gays, lesbianas, bisexuales, transexuales en base a su orientación sexual incluye el acoso, vandalismo, robo, asalto, violación y asesinato. El espacio o ubicación de estos crímenes no se limita a las calles oscuras que van desde establecimientos gays o a la noche underground y clandestina que supone la heteronormativa.  la violencia contra el colectivo o comunidad LGBT se produce en todas partes: en las escuelas, los lugares de trabajo, sitios públicos y en el hogar; los que cometen estos actos delictivos y punibles proceden de todos los estratos socioeconómicos y representan diferentes grupos de edad. No obstante según un estudio realizado en los Estados Unidos de Norteamérica la mayoría de los actos violentos tienden a ser cometido por hombres  jóvenes y de acuerdo a este informe  el perfil general de un “Gay-Basher” ... “es un hombre joven, actuando a menudo junto con otros hombres jóvenes, todos los cuales son ajenos a la víctima (s)”[1].

Este comportamiento violento no es más que homofobia y tiene una relación o es consecuencia de la “memoria colectiva” arraigada desde muchísimo tiempo por la heteronormativa o heterosexismo imperante. La heteronormativa o heterosexismo lo podemos definir como el sistema ideológico que niega, denigra y estigmatiza cualquier forma no-heterosexual de la conducta, la identidad, la relación, o de la comunidad como el racismo, el sexismo, y otras ideologías de opresión, el heterosexismo se manifiesta tanto en las costumbres sociales y las instituciones.

La homofobia es entonces un comportamiento aprendido que se remonta a la aprobación de la “sociedad sutil” enmarcada y soportada en el heterosexismo[2]. La homosexualidad en la memoria colectiva y que genera la homofobia tiene su raíz principal en la religión judeocristiana que ha prevalecido desde los tiempos más remotos y que sigue siendo el peor enemigo de las sociedades libres de odio hacia la diferencia heterosexual.

Pero la homofobia es más que una fobia, es odio. En las fobias, la emoción primera y cardinal es el miedo, mientras que en la homofobia es el odio. Alguien que sufre de homofobia puede sentirlo como algo contenido o ponderado (sensaciones corporales de rechazo y repulsión al estar en presencia de homosexuales, incomodidad psicológica frente a gays y sus vivencias) o severo (agitación psicomotriz que obliga a quien la padece a insultar, herir, golpear, e incluso asesinar a los homosexuales). En las fobias, el individuo enfermo o aquejado de este trastorno busca huir de aquello que le causa miedo. Alguien con ailurofobia, por ejemplo, siente pavor ante los gatos y, por esto, se aleja de ellos. Por el contrario, en el caso de la homofobia, los homofóbicos favorecen y propician activamente el encuentro con homosexuales, como una forma de confirmarse y reafirmarse a sí mismos que están en lo correcto padeciendo el trastorno, los homófobos u homofóbicos buscan callar, denigrar, maltratar, herir, humillar o destruir tanto simbólica o físicamente a los homosexuales y lesbianas o mejor dicho o explicado a todo aquel que se separa del heterosexismo y la heteronormativa.

Pero peor aún, a diferencia de los sujetos con una fobia, que mantienen su trastorno como algo privado y que por lo general buscan ayuda médica,  el homofóbico busca reconocimiento social, pues los homofóbicos quieren convencerse a sí mismos y a los demás de que su odio es útil y valioso, el homófobo ve su odio como una “catequesis”  que debe ser enseñada y promovida para el bien de la humanidad. Por regla general, los individuos que viven con la homofobia se vuelven aliadas unos de otros. La cultura heterosexista los hace y ellos se juntan. Así pueden sentir, promulgar y enseñar que son los demás los que están mal. El grupo homofóbico se vuelven “Cruzados”, “Templarios” y su actividad terriblemente delictiva se convierte para ellos en una “Cruzada”.

Una persona con una fobia comúnmente tiene conciencia de su enfermedad o trastorno, puede hablar de aquello que le causa fobia y comprender que es un miedo irracional. Una persona con homofobia no suele tener conciencia de vivir con un trastorno; por el contrario, busca naturalizar su odio; incluso puede llegar a decir cosas tan inconexas y desatinadas como “yo no me considero homófobo… es sólo que no soporto ver a dos hombres juntos, los maricos no deben existir” o “Eso no es natural” o “Todos los homosexuales son unos enfermos y deben estar encerrados” o peor aún y es muy común en las mujeres homofóbicas “Pobrecitos, ellos no tienen la culpa, ellos son buenos amigos, pero no los metas en tu casa”.

La homofobia no sólo actúa en forma grupal o individual, la homofobia esta también dentro de las instituciones tanto privadas como gubernamentales, según  Gary David Comstock informó que de acuerdo a una encuesta de The Wall Street Journal, que más del 66 por ciento de los directores ejecutivos de las empresas son reacias a promover los homosexuales a los puestos de gestión y, en su propia encuesta, el 77 por ciento de los varones estudiantes universitarios de primer año desaprueban la homosexualidad.[3]

Comstock también apunta a los datos que describen los autores y sus escenarios de violencia descrito en su libro que los adolescentes varones necesitan “recognizing and conforming to the cultural stereotype of masculinity” … “high sex-role identification”[4], dicho en español o castellano que la heteronormativa obliga a los jóvenes adolescentes “reconocerse y ajustarse al estereotipo cultural de la masculinidad" y  a los “predominantes  roles sexuales de identificación”. Estas etapas de desarrollo dentro del modelo de heterosexismo puede tener peores resultados que una mente cerrada, especialmente en lo que algunos científicos sociales explican la identificación social:  … “anti-gay violence can help in-group members to feel more positive about their group and consequently about themselves as well”[5] [6]

Las víctimas del delito homofóbico pueden percibir a sus agresores como representante de la cultura dominante en la sociedad, y en cierta forma como agresores de la cultura gay,  y aunque la homosexualidad en sí misma no está vista por la heteronormativa como  suficiente para componer una cultura separada,  los heterosexuales  alimentan la homofobia al considerar la “cultura gay” como clandestina, underground,  inexistente, o hasta subordinada a la cultura de la heteronormativa. La homofobia ataca no solo a los gays o la comunidad LGBT por lo que son sino también por lo que hacen y representan. La homofobia es un “crimen de odio”[7] como lo es el racismo, y por lo tanto estos crímenes de odio anti-gay pueden ser considerados como un tipo de terrorismo.

La violencia contra los homosexuales, lesbianas y demás miembros del colectivo LGBT pueden enfrentar a las víctimas en contra de ellos mismos. Los sentimientos de vulnerabilidad debido a las reacciones criminales por parte de los demás pueden llevar al estrés y la propia deshumanización. La víctima viéndose a sí mismo como causantes de esa violencia y de ese odio, crean estados de autoculpa siendo una forma muy dañina de la personalidad, incluyendo desde la homofobia interiorizada hasta el homicidio por sentirse único culpable de su situación.

La memoria colectiva - alimentada por la religión y el heterosexismo - tienes que ser cambiada, modificada y revisada. Si sigue el camino de la heteronormativa seguirán los monstruos del machismo, de la misoginia, del asesinato como castigo y de los odios ya existentes y entre ellos el rechazo al amor entre personas del mismo sexo. Primero para todos la homosexualidad era un pecado, después una terrible enfermedad, ahora una "falla de la voluntad". Las personas que sufren de homofobia, y también el heterosexismo y por lo tanto la heteronormativa busca cualquier argumento para convencer al resto del mundo de que la homosexualidad no debería existir.  No obstante la homosexualidad es una de las tantas expresiones de la sexualidad humana y del sexo en general. Ha estado desde siempre, visible o no, escondida o a gritos y el gran cambio es que, finalmente, el colectivo LGBT está logrando derechos reclamados desde hace al menos dos siglos, tal como los negros y las mujeres lograron alcanzar sus derechos y reivindicaciones sociales en su larga lucha.

Se debe recordar que vivimos en una sociedad secular y de grandes avances científicos y tecnológicos que no puede pretender usar todavía la biblia y retrógrados pensamientos filosóficos del pasado o doctrinas avejentadas o hipótesis médicas equívocas para negar el acceso a derechos humanos y civiles de grupos distintos a los de la heteronormativa. La comunidad LGBT tienes tanto derecho a sus creencias, a su cultura, a su modo de vida, a su amor  como lo tienen los otros y a llevar la vida como mejor les parezca, siempre y cuando no alteren la libertad de los demás. La homofobia no sólo afecta a los gay, lesbianas, bisexuales, transexuales y transgéneros, la homofobia afecta a todos y altera por lo tanto la vida y la libertad de todos, pues el odio no trae la paz a nadie, ni al que siente el odio ni al odiado, ni al ejecutor del delito ni a sus víctimas.

Hoy 17 de Mayo se celebra en todo el mundo el Dia Internacional contra la Homofobia y Transfobia coincidiendo con la eliminación en 1990 de la listas de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la homosexualidad. Sin embargo, la transexualidad aún es parte de los manuales de psiquiatría, en donde se define como "trastorno de la identidad sexual".

Hoy alrededor de 80 países en el mundo criminalizan la homosexualidad y condenan los actos sexuales entre personas del mismo sexo con penas de prisión y nueve de estos países, que son Afganistán, Mauritania, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Yemen, mantienen para estos casos la pena de muerte. La discriminación basada en la orientación sexual y en la identidad de género no está oficialmente reconocida por los estados miembros de las Naciones Unidas, a pesar de que organismos de derechos humanos como el Comité de Derechos Humanos han condenado repetidamente la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género.

Es hora de parar el Odio… dile no a la Homofobia y a todos los crímenes que se cometen en contra de la diferencia.

Por Félix Esteves


[1] Herek, Gregory M. And Kevin T. Berrill. Hate Crimes: Confronting Violence Against Lesbians and Gay Men / Newbury Park, CA: Sage Publications, 1992.—p. 29
[3] Comstock, Gary David. Violence Against Lesbians and Gay Men / New York: Columbia University Press, 1991.
[4] Ibídem. – p. 107 y 111.
[5] Herek, Gregory M. And Kevin T. Berrill. Op. cit.—p. 160.
[6] “la violencia anti-gay puede ayudar a miembros de grupos que se sienten más positivos acerca de su grupo y por lo tanto se acerca mayormente de este modo”

1 comentario:

  1. La homofobia es un verdadero crimen que hay en la Humanidad. Por eso gracias a la información que emerge con muchas fuerzas.

    Saludos

    Manry de Panamá
    Ciudad de Panamá

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